El Gran Valor del Voluntariado

Experiencias que nos llevan a la reflexión y al aprendizaje

Por: Doris Godoy Cortez, Psicóloga en la Oficina Regional de Huánuco

Después de varios años y de tener la gran oportunidad de compartir, transmitir prácticas y acompañar a más de 30 voluntarios nacionales e internacionales en estos últimos 10 años, me cabe mencionar que esta experiencia ha sido de gran valor para el crecimiento institucional y personal de muchos quienes hacemos la organización Paz y Esperanza en Huánuco.

Doris y voluntarias 2014

Desde la responsabilidad de elaborar y diseñar las programaciones de sus actividades idóneas, gestionar sus talentos, valorar las habilidades personales, orientar y potenciar sus capacidades, fue de mucha enseñanza para mí; disfruté de esos aprendizajes nuevos juntamente con ellas y ellos. Muchas veces con inquietud nos hemos atrevido a encomendarles tareas que nos han dejado grandes resultados y satisfacción, producto de ello mucho de nuestros logros institucionales se debe al trabajo que los voluntarios han desarrollado, por lo que no puedo dejar de mencionar lo importante que es conocer la motivación de los voluntarios a fin de diseñar oportunidades que faciliten el cumplimiento de sus objetivos, ya sean altruistas u otros, y los mantenga motivados para el bien común.

Tengo gran satisfacción y agradecimiento por todas y todos los que han formado y seguirán siendo parte de este aprendizaje. Las fortalezas y logros alcanzados por la enseñanza que nos dejan las voluntarias(os), son nuestros desafíos y retos para continuar en la transmisión de nuestros sueños a través de la mística de Paz y Esperanza.

Es por ello, que no puedo pasar por desapercibo un comentario anecdótico sobre dos voluntarias en particular. Los que servimos en el área de psicología aquí en Huánuco recordaremos mucho más… Teníamos un caso de una niña de 10 años, con diagnóstico de problemas en el aprendizaje (no sabía leer y escribir, por lo tanto no reconocía las letras del abecedario), hicimos una diversidad de planes de tratamientos educativos hasta emocionales, una y varias de nosotras aplicando en muchas ocasiones y en varios tiempos, pero no observamos resultado alguno. Rendidas y cansados  de intentar, encomendamos a nuestra amiga Carol una tarea ardua, pero que con su creatividad y gran pasión por la enseñanza aplicó sus dones y talentos al caso en mención.

Doris y Carol No se imaginan los logros que se obtuvo. Después de unos meses de aplicado el tratamiento psicoeducativo, la niña llegó a la institución y es cuando observamos como la niña expresó su aprendizaje, porque comenzó a deletrear las palabras escritas en los afiches que se exponen en nuestra oficina. Objetivamente tenemos que reconocer que fue un buen trabajo, personalmente me embargó una gran emoción hasta caerme las lágrimas, después de haber escuchado de los labios de la misma pequeña decir que su maestra le había dicho “tú nunca vas aprender nada, menos a leer, te vamos a poner orejas de burro”, también nos mencionó que la maestra le rompió una hoja de su cuaderno porque no había cumplido con la tarea, pero no porque no quería cumplir, sino porque no había quien le enseñe de verdad; su madre tampoco tiene instrucción, por lo que ya se imaginan la alegría de la niña cuando aprendió a leer, y la cara de la maestra de regreso al colegio. Carol se fue y llegó Ashley quien se quedó fortaleciendo el aprendizaje de lectoescritura de manera muy particular, fue un gran aprendizaje para los que estuvimos cerca, porque era una voluntaria que sabía muy poco el español, pero ella nos mencionó que no necesitaba hablar mucho para enseñar a leer y escribir a través del dibujo y la pintura, pero también fue un reto para nuestra voluntaria, porque al final antes de irse ella misma mejoró mucho su español con la niña. Ashley fue otra pieza clave para nuestro caso emblemático, porque ella nos mencionó que la niña aprendía porque recordaba su aprendizaje a través de los colores, eso fue extraordinario, porque la niña asimiló lo que necesitaba, nuestro agradecimiento al excelente trabajo aplicado de ambas; claro que tenemos muchas experiencias que recordar y reconocer, todas nuestras voluntarias aportaron y dejaron muchas enseñanzas para el enriquecimiento del trabajo diario en la institución.

Estas sólo son muestras pequeñas del gran trabajo que desarrollan de manera particular cada voluntaria(o), son de gran valor porque nos contagian con sus actitudes, sus aportes, su pasión, creatividad y compromiso, lo que permite potenciar nuestros programas existentes o crear nuevos retos y extender nuestra cobertura y calidad de servicios con nuestros beneficiarios y la comunidad.

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